El vestido de Ari iba quedando cada vez mejor… en mi mente, porque no tenía idea cómo acabarlo. Tenía un cuadrado de pelo falso, pero tenía que decidir dónde colocarlo. Mis ideas se dividían en dos: por una parte, se me ocurría hacer una capa tan peluda que Jon Snow y Cruella de Vil se disputarían por ella. Por el contrario, en lugar de ser un accesorio, podría agregarle detalles al vestido, pero ¿dónde? ¿Y cómo?

[caption id="attachment_1253" align="aligncenter" width="300"] ¡Tenemos bastante pelo por aquí! Y no, no es mi gato… y tampoco el que quité de mi cepillo[/caption]

Como la parte superior se me hacía lo suficientemente cargada con los accesorios que tengo pensados (varias cadenas de fantasma), elegí adornar un poco la parte de abajo del vestido.

Para comenzar, necesitaba cortar un rectángulo de tela porque necesitaba muy poca, así que tuve que ayudarme de un peine para ir «abriendo camino» mientras cortaba. El largo del vestido llega a la rodilla. El trozo de tela que utilicé alargará el vestido hasta los tobillos, pero lo corté 1 cm más largo para cuando necesitara unir las dos partes

Hay que ir cepillando muy bien para que los pelitos de la pieza que se va a usar no se mezclen con los demás y se corten por error.

Rodée la bastilla del vestido con el pelo para calcular cuánto necesitaría y corté el sobrante, dejando 1 cm de cada lado para coser.

 

Uní nada más las dos esquinas superiores, y dejé todo lo demás abierto, para que la muñeca pudiera doblar las piernas y posar más fácilmente. Para sujetar la pieza de pelo al vestido, se puede coser o pegar, ya sea con silicón caliente, o cinta doble cara. Yo utilicé esta última opción, para conservar el vestido después de Halloween porque obviamente, un Little Black Dress siempre es un básico en cada guardarropa, ¡hasta en el de un fantasma!

Priscila L.